Navidad enfocada [Hebreos 12:1-2]

Si queremos ganar algo debemos prepararnos y enfocarnos en el asunto.

El atleta debe llegar a la competencia con un nivel de entrenamiento que optimice sus condiciones físicas.  El entrenamiento consiste básicamente en mantener un peso corporal acorde a la disciplina deportiva, y prepararse mental y físicamente para el evento, o sea, enfocándose en el objetivo.

La vida es como una carrera.  Debemos estar preparados.  En esta Navidad enfoquémonos en la persona correcta.  Y trabajemos para alcanzarlo.  Debemos ser capaces de disciplinarnos de tal manera que el peso de las circunstancias no nos aplaste.  Debemos despojarnos de aquellas cosas que hemos vivido, sean buenas o malas, para poder alcanzar lo mejor que Dios tiene para nosotros.  Debemos despojarnos del pecado (errores nuestros) que permanentemente nos asedia y quiere evitar que alcancemos el éxito que Dios tiene para nosotros.  

En toda competencia hay que enfrentar luchas y esfuerzos, pero... ninguno de ellos nos sacará de la carrera si estamos preparados.  Preparémonos para que Jesús sea el centro de nuestros festejos.  El verdadero objetivo de nuestras vidas siempre es una persona: Jesucristo.  Él es el final de la carrera. Y también el principio de esta.  O sea; ¡En Él comenzó todo y en Él termina todo!

No se cual es su situación hoy.  No se como te estas preparando para esta Navidad.  Tampoco sé en que estado estás para correr la carrera de la vida.  Despojate de todo aquello que te estorbe, y con paciencia avanzá concentrado, enfocado, en Jesucristo el Señor.  

Esta Navidad vivíla cómo lo que sos.  Sos de aquellos que ganan, porque te enfocas en Aquel que ya gano por vos.  Nunca lo pierdas de vista.

¡¡Feliz y victoriosa Navidad!!

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