Trabajar ¿una maldición? [Juan 5:17]

 

Alguna vez escuché que “trabajar” era parte de la maldición que ingresó a toda la humanidad por el pecado de Adan y Eva.  Nada más lejos de la realidad.  Si fuera así Jesús nunca hubiese declarado “Mi padre hasta ahora trabaja, y yo trabajo”

El trabajo está directamente relacionado con el propósito Dios para cada ser humano.  Él quiere que el hombre trabaje.  En el principio Dios le dio a Adan el trabajo de ponerle nombre a los animales, eso fue antes del pecado (caída).  Lo que maldijo el pecado fue “como” viviríamos el trabajo.  Esa bendición nos haría traspirar, traería agotamiento a nuestro ser, sería “con el sudor de tu frente”.   Nunca el trabajo es una maldición, el sudor está en la actitud con la que lo hacemos.  La vida es una gran bendición de Dios, pero muchas veces la tenemos que sufrir por causa del pecado.  Lo mismo pasa con el trabajo, es una bendición de Dios, pero el pecado hace que nos quejemos y nos dolamos por realizarlo.  

Es necesario diferenciar “trabajo” de “empleo”.  El trabajo es creación amorosa del Señor para ser útiles a su propósito sobre la tierra.  El empleo es un invento del mundo para canjear nuestro tiempo por dinero.  Todos debemos trabajar pues eso nos dignifica, aunque a veces no tengamos un empleo.  Trabajar produce un gran sentido de realización y nos da un poderoso aliento al sentirnos útiles.  Dios sabe que el ser humano sin trabajar se desequilibra emocional y espiritualmente.  Nada más visible en este tiempo, verdad?  No poder salir a trabajar nos está enloqueciendo!!  La mayoría, al principio, nos ocupábamos de trabajar en casa.  Ahora queremos salir!!  Obviamente que lo queremos y necesitamos hacer porque hay que ganar dinero.  Pero más allá de eso, también es porque necesitamos actividad.  Necesitamos sentirnos realizados.  Necesitamos sentirnos útiles.

Que bueno es que, como hijos de Dios, habiendo crucificado nuestras carnalidades en la cruz de Cristo, amemos y disfrutemos de trabajar, aunque a veces no tengamos empleo. Porque trabajo es más que empleo.  Es cortar el pasto sólo porque hay que cortarlo.  Es limpiar sólo porque hay que limpiar.  Es escribir o acopiar o trasladar o atender o cocinar sólo porque hay que hacerlo, aunque no se nos remunere.  

El trabajo en una bendición de Dios que nos permite cumplir con Su propósito, nos da sentido de realización y un extraordinario aliento al ser útiles a los demás; servimos a Dios y al prójimo.

 

FELIZ DÍA DEL TRABAJADOR!!!

La historia nos habla de que en este día se conmemora la muerte de aquellos empleados en Chicago.  

Nosotros los hijos del Señor de la historia, podemos celebrar la vida y el Día del Trabajador porque “ser un trabajador” es una amorosa bendición de Dios para todos los seres humanos.

 

Buena y bendecida semana!!

Ptr. Carlos Nelson Ibarra

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