El principal mandamiento [Marcos 12:30]

 Los seres humanos tendemos a actuar según nuestro parecer o según lo que sentimos.

Y, lo que sentimos suele ser muy diferente al sentir o parecer de Dios.

La obediencia a Dios es una de las cualidades de sus verdaderos hijos. Él es Dios y, por eso, merece obediencia. Al obedecerlo, manifestamos que lo amamos por sobre todas las cosas.

Amarlo con todo nuestro corazón es amarlo con todo nuestro ser interior. Es hacerlo con lo que somos en lo íntimo, en lo secreto, en aquel lugar profundo que solo Él y nosotros conocemos.

Amarlo con toda el alma es amarlo con todas nuestras emociones. Es hacerlo con un esfuerzo intencional de volcar nuestras emociones hacia Él. Dejar de darle prioridad a otras cosas o personas para hacer de Él nuestra única prioridad.

Amarlo con toda nuestra mente es amarlo con toda nuestra forma de pensar. Es hacerlo con la decisión consciente de orientar nuestros pensamientos a Su obediencia. Llevarlos cautivos para que le obedezcan.

Amarlo con todas tus fuerzas es amarlo con todas las capacidades físicas que tengamos. Es hacerlo con nuestro esfuerzo en tiempo y dinero para servirle en amor. Este es el principal mandamiento. 

Al cerrar un año y comenzar uno nuevo, y por el resto de nuestra vida dejemos de lado nuestras rebeldías humanas y amemos al Señor con todo lo que somos y tenemos.

Dejemos de lado nuestros "pareceres" y vivamos según Su parecer.

Dejemos de lado nuestros "sentires" y andemos en el sentir de Su corazón, amando lo Él ama… 

 

¡¡FELIZ Y BENDECIDO AÑO NUEVO!!

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

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