Nunca intimidados [Hechos 4:12-14; 19-20]

La intimidación es una de las armas preferidas de Satanás.  La usa para atemorizarnos y estancarnos en el propósito que Dios tiene con nosotros.

Intimidó a Abram por miedo a que lo maten, eso lo llevo a mentir.  Intimidó al pueblo cuando huía de Egipto para que le temiera a Faraón.  Intimidó a Elías a través de las amenazas de Jezabel.  Intimidó al ejército de Israel con Goliat.  Intimidó a los discípulos con la persecución.

Aún así, Dios se guardó el derecho de tener la última palabra.  En cada momento donde sus siervos enfrentaron la intimidación Él se encargó de mostrar su compañía y respaldo.  

La obra de fe siguió adelante con Abraham.  La libertad de Egipto fue una realidad para el pueblo.  Elías, aún en su temor, fue promovido a ungir sucesores.  Se proveyó de un muchacho llamado David para derrotar a Goliat.  El Señor siempre dejó Su sello en la historia.

Con los discípulos la intimidación tenía por objetivo detener la predicación del evangelio de Jesucristo.  Las amenazas fueron hechas en el mismo rostro de Pedro y de Juan: les prohibieron hablar en ese nombre.

El poder para superar la intimidación no está en: “con cuanto denuedo hables”, sino en: “con quien has estado”.  Los líderes del pueblo reconocieron que habían estado con Jesús (Hch. 4:14).  La intimidación se supera no siendo elocuente, sino mostrando que he estado con el Maestro.

Dios los lleno de Su Espíritu y les dio la capacidad de expresar declaraciones poderosísimas.  Ellos dijeron: “en ningún otro hay salvación; porque no hay otro nombre bajo el cielo, dado a los hombres, en que podamos ser salvos.” (Hch. 4:12).  Y ante las amenazas respondieron: “Juzgad si es justo delante de Dios obedecer a vosotros antes que a Dios; porque no podemos dejar de decir lo que hemos visto y oído.” (Hch. 4:19-20)‬‬‬‬

Cuando la intimidación llegue, solo mostrá que has estado con Jesús.  Cuando quieran frenar el cumplimiento de Su propósito en tu vida, o detenerte a la hora de proclamar el Evangelio, solo deja que Él te llene y muestre Su respaldo.  La intimidación nunca podrá con hijos de Dios llenos de Su Espíritu.

Nunca dejemos de obedecer a Dios por ceder ante amenazas intimidatorias.  Nuestra salvación y la de todo el mundo está en Jesucristo, no hay otro nombre.

Nunca dejemos de decir lo que hemos visto y oído hacer a Jesús en nuestra vida.  Es necesario obedecer a Dios antes que a los hombres.

 

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

 

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