No lo demoremos [Mateo 24:14]

 

El fin de los tiempos está directamente relacionado con la predicación de las buenas nuevas de salvación en todas las naciones de la tierra.

De alguna manera, nuestra “no proclamación” del evangelio retrasa la segunda venida de nuestro Señor.

En estos tiempos de tanta incertidumbre, dolor, soledad, amargura y muerte, más que nunca debemos proclamar la grandeza de nuestro Dios.

No podemos callar lo que Él es.  No podemos callar lo que Él ha hecho por nosotros.  Nadie hizo lo que Él hizo, morir para pagar una deuda que no era suya.  

Él, que era sin culpa, pagó por los culpables.  Él, que no cometió pecado, murió como el peor de los pecadores.  Él, Santo de Dios, se hizo maldito por amor a nosotros.  

No podemos callar la realidad maravillosa de su infinito y eterno amor.  

No podemos callar la realidad extraordinaria de un Dios que teniendo todo el poder, decide pagar, entregando su vida, muriendo en la cruz por los malos y pecadores.

¡Esperamos tu venida Señor!  Esta espera nunca es pasiva.  Es activa y proclamadora de su verdad al resto de la humanidad.  Es una espera en guerra para que sean muchos los que puedan cambiar su destino eterno, dejando de ser esclavos de Satanás.  

Es una espera expansiva porque debemos llegar a todas las naciones con el evangelio.  Las naciones deben glorificar al único y misericordioso Dios.  

Entonces llegará el fin.  Entonces el Señor vendrá a buscarnos para estar eternamente con Él en el cielo.

¡No callemos! 

Mientras callamos demoramos aquel momento glorioso.

 

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

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