Elegir a los Amigos

Las personas con las que nos relacionamos siempre producen algún nivel de influencia sobre nosotros.

Las amistades suelen ser determinantes a la hora de tomar decisiones. Nos influyen con el ejemplo, con sus comentarios y también con sus consejos. A veces nos ayudan a hacer las cosas bien y otras nos llevan a hacerlas mal. Todas nuestras conductas tienen beneficios o consecuencias.

Una vez cuatro amigos bajaron a otro por un agujero en el techo. La amistad los llevó a trabajar en equipo y hacer cosas “locas”. Los cuatro se unieron en fe y en acción para hacer llegar al paralítico delante de Jesús. Eso trajo salud, perdón y salvación, y asombro a ese lugar (Marcos 2:3-12).

Un amigo malicioso y manipulativo influyó sobre otro para que lograra abusar sexualmente de su media hermana. Se unieron para el mal y eso acarreó violencia, odio, resentimiento, vergüenza y muerte en el seno de la familia real (2 Samuel 13:1-19).

A través de la fe podemos ser amigos de Dios. Jesucristo nos llama amigos. Somos sus amigos si aceptamos la influencia de Su ejemplo y de Sus Palabras. Somos sus amigos si hacemos lo que Él nos manda (Juan 15:14).

Elegí bien a tus amigos. 

Elegí amigos que te guíen a la fe y a las buenas obras. 

No te asocies con los malignos, pues su final no es bueno.

 

Aunque esté atrasado unos días… ¡Feliz día, amigos!

 

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

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