Lo que tengo te doy [Hechos 3:6]

Pedro y Juan iban a adorar a Dios como acostumbraban.  El paralítico, al verlos les rogaba que le dieran algo.  Ellos lo miraron, tenían algo que darle, estos discípulos ya habían sido transformados por Jesucristo.  Ahora tenían algo que otros no tenían.  Tenían a Jesús como Señor, Salvador y Sanador en sus vidas.  

“Lo que tengo te doy, en el nombre de Jesucristo de Nazaret, levántate y anda”, le dijo Pedro.  Tomó su mano, lo levantó y al momento sucedió el milagro que cambió la vida de este hombre para siempre.  

Nosotros tenemos a alguien que otros no tienen.  Tenemos a aquel que ha cambiado nuestras vidas para siempre.  Quien nos ha llenado de verdadera y eterna esperanza.  Aquel que cambió nuestro destino eterno.  

Hay muchos enfermos y paralizados en la vida, están en nuestro diario caminar y necesitan lo que tenemos.  Prestémosle atención y démosle esa esperanza que está en nosotros.  Esperanza en Jesucristo para una vida nueva.  Ayudémosle a levantarse en el nombre de Jesucristo de Nazaret para que sean libres de sus parálisis para siempre.

Este varón fue transformado para siempre.  Se movilizó por sus propios medios y dejó atrás la vergüenza de mendigar.  Ahora estaba sano, independiente y pronto a asumir responsabilidades laborales para sustentar a su familia de otra manera.

Cuando el Señor transforma una vida, lo hace para que responsablemente vivamos mucho mejor que antes.

Lo que tengo te doy, dijo Pedro.  

Lo que tengo te doy, digamos nosotros a los que nos rodean.

 

Buena semana.

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

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