El profeta compara a Jerusalén con una mujer estéril y también con una viuda. Anima a ver con esperanza el futuro de ella, pues tendrá multitud de hijos. Dios le hace saber a su pueblo que van a ser muchos nuevamente.
Usa la metáfora del nómada del desierto, que cuando se agrandaba su prole le era imperioso agrandar su tienda. Agregar lomas, añadir pieles, alargar las sogas y reforzar las estacas. Dios promete a su pueblo que se extenderá. Algunos comentaristas ven aquí el recuerdo de la promesa hecha a Jacob (Gn. 28:14).
Dios anima a su pueblo a preparar la tienda porque se extenderá y se multiplicará.
Es un tiempo muy desafiante. El rumbo para los próximos meses es con un doble desafió de fe: “regocijarnos y prepararnos”.
Regocijarnos, porque ese es el mandato bíblico que Pablo le dio a los filipenses (Fil. 4:4). Gozarnos y volver a gozarnos. Regocijarnos sin importar lo que hayamos vivido y también regocijarnos esperanzados por lo que vendrá.
Prepararnos, pues Dios va a traer multiplicación a tu vida. Tenés que ampliar la tienda y reforzar las estacas. Dios trae abundancia a tu vida, traerá provisión a tu familia y extensión a tu ministerio.
Pr. Carlos Nelson Ibarra