Este Salmo nos advierte que podemos volvernos locos por no escuchar lo que habla el Señor.

Las cosas que pasan muestran que el mundo está muy mal.  La humanidad está entrando en un estado increíble de locura.  La locura es un trastorno o perturbación patológica de las facultades mentales.  

Ciertamente, hay gente que está trastornada espiritual y mentalmente.  ¿Cómo puede ser que hace semanas que venimos sufriendo amenazas de bomba en diferentes establecimientos públicos?  Hay gente que toma acciones violentas y repudiables para todos los que queremos vivir en paz.  Hay una justicia que parece ser un cómplice dormido.  No se esclarece lo sucedido, no se encuentra a los culpables... parece que no se hace nada.

¿Cómo explicar lo que hizo Abigail Páez con el hijo de su pareja?  ¿Cómo explicar el dolor que vivió ese indefenso niño de 5 añitos?  ¿Cómo explicar la complicidad de Magdalena Valiente, mamá de Lucio?  ¿Cómo explicar que lo torturaron, abusando de él varias veces, para luego asesinarlo brutalmente a golpes?  ¡Es una locura!  No temen a Dios y tristemente se alejan de Su salvación.  

No es fácil para mí superar las emociones negativas que brotan en mi corazón por esto. Pero… ¡Oro para que el Señor tenga piedad! ¡Señor, guíalas al arrepentimiento!  ¡Que puedan dejar de hacer locuras y que conozcan tu paz, tu perdón y tu salvación!

Por no escuchar a Dios, la paz no existe en sus corazones y mucho menos en su entorno.  Se creen capaces de manejar la vida solo con la directiva de su egoísta percepción.  No les importa y no tienen en cuenta lo que dice el Creador.  El Señor habla paz, pero no se lo está escuchando.  

Todo acto de violencia es repudiable y debe ser juzgado.  ¡Justicia por Lucio!

Pero, aun así, todo violento merece una oportunidad de cambio.  ¡Señor que tu misericordia las alcance!  

Y toda persona herida por la injusticia debe encontrar fuerzas para seguir ¡Señor que tu fortaleza esté sobre la vida del papá de Lucio!  ¡Qué tu consuelo amoroso lo sostenga!  ¡Qué también encuentre paz en tu nombre!

Es tiempo de volverse para escuchar lo que habla Jehová para que Su paz venga, para que Su salvación se deje ver, para que su gloria se muestre sobre nuestra tierra.

Pr. Carlos N. Ibarra