Inquebrantable [Hechos 9:3-6]

 

La experiencia vivida fue tan fuerte que transformó por completo a este hombre.

Fue tan impactante la revelación, que lo selló para siempre.  Lo hizo inquebrantable en la determinación de proclamar el evangelio.

Pablo conoció a Jesucristo resucitado.  Los otros discípulos lo habían conocido como Jesús y creyeron que Él era el Cristo.  En cambio, Pablo conoció a Cristo y, luego, supo que era Jesús a quien él perseguía.

Fue inquebrantable ante las dificultades de la vida, ante las injusticias que le tocaron vivir y ante la oposición de sus compatriotas.  Nada quebró su carácter y su decisión de honrar a Dios.  El poder de la revelación de Jesús resucitado fue suficiente para que nada quiebre su carácter.  Ninguna situación pudo amedrentarlo.  Nada logró que desista de la tarea que el Señor le había encomendado.  El poder de esa revelación fue el secreto que lo sostuvo. 

Necesitamos que el poder de Su resurrección se nos revele con mayor intensidad.  A veces, nos dejamos quebrantar por las situaciones de la vida.  Nos enfriamos en la fe, dejamos de congregarnos y perdemos el gozo del Señor.  Perdemos de vista que por la fe en Su resurrección nada podrá quebrarnos.  Es por esa obra que podemos tener esperanza de eterna salvación.   

Aprendamos a ser inquebrantables, no por nuestras capacidades, sino por el poder de Su resurrección.  Él venció y por su amor somos más que vencedores.

 

¡¡Buena semana!!

Pr. Carlos Nelson Ibarra

 

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