Endureció el rostro [Lucas 9:51]

"Cuando se cumplió el tiempo en que él había de ser recibido arriba, afirmó su rostro para ir a Jerusalén."

Hay muchas situaciones en la vida que requieren de parte nuestra una determinación extraordinaria.

Hay momentos en los que las ganas de “no hacer”, priorizan nuestro pensamiento y aplastan nuestra voluntad para no cumplir con lo que se nos encomendó.  Se deprime nuestro ánimo y no queremos hacer lo que sabemos que es necesario.

Jesús enfrentó el momento más sublime en el monte donde se transfiguró delante de tres de sus discípulos.  Fue el momento más alto de su ministerio.  Fue el momento donde el Padre una vez más reafirmó Su respaldo sobre él.  

Después de ese momento, Jesús, entendió que debía descender a Jerusalén, entendió que debía ir hacia el total cumplimiento del propósito divino en su vida.

El evangelista Lucas, dice que “afirmó su rostro”.   Isaías ya lo profetizo declarando que “puso su rostro como un pedernal” sabiendo que no sería avergonzado.  Is. 50:7

Hoy podríamos decir que “puso la cara dura” o “apretó los dientes”.  La realidad es que afirmó su ánimo.  Hizo firme su propósito.  Se determinó seguir adelante, sin importar las consecuencias.

Ésta es una lección extraordinaria que Jesús nos dejó.  Lo importante siempre es la obediencia.  Lo importante es que cumplamos con la voluntad divina para nosotros.  Lo importante no somos nosotros.  Lo importante no son nuestros planes.  Lo importante es hacer del propósito de Dios nuestra prioridad.

Muchas veces quizá no tengamos ganas.  Pero si el propósito de Dios es nuestra prioridad podremos seguir adelante.  A veces requerirá que afirmemos nuestro ánimo.  Requerirá que afirmemos el rostro para cumplir con lo que nos toca.  Requerirá que pongamos nuestro rostro como una piedra para soportar lo que sea necesario.

Éste es un año que traerá en sí mismo muchos desafíos que requiera “afirmar el rostro” he ir hacia lo que Dios quiere.  Afirmemos el ánimo y clamemos por nuestros gobernantes, es un año electoral.  Afirmemos el ánimo y participemos luchando en Su nombre por la vida.  Afirmemos el ánimo y defendamos la familia como diseño divino.

El Señor afirmó su rostro para ir a Jerusalén, donde le esperaba la cruz.  Nosotros afirmemos el rostro para ir a donde Dios nos lleve.  Hagamos efectiva la cruz que perdonó a la humanidad, y que nos dio victoria sobre la muerte, el pecado y Satanás.   Pongamos nuestro rostro como un pedernal para enfrentar y superar cualquier lucha, sabiendo que no seremos avergonzados.

Devocionales anteriores