Sobrenatural [Hechos 1:8]

Se trataba de un grupo de personas que habían creído que algo nuevo estaba sucediendo, que algo diferente venía, que algo mayor que ellos estaba por manifestarse.

Era un grupo de personas imperfectas que se animaron a creer tímidamente que las cosas podían ser diferentes, que la cosas cambiarían para ellos y para los que vinieran después de ellos.

Habían esperado, como nación, cientos de años el cumplimiento de la Palabra de Dios.  Estaba cumpliéndose el tiempo de la manifestación sobrenatural de Dios.

Jesús fue claro y contundente cuando les dijo que él se iría y que vendría otro en su lugar.

En estas últimas Palabra les expresa qué hay cosas que no competen al ser humano saber, que solo están en el conocimiento de Dios.   Pero les afirma que el poder sobrenatural vendría sobre ellos, cuando venga el Espíritu Santo.

En el momento oportuno descendió el Espíritu Santo.  El poder sobrenatural cayó sobre ellos y los transformó de personas tímidas y temerosas, en creyentes audaces y osados.  Los trasformó en hombres llenos de Dios para compartir con denuedo las buenas noticias de salvación.  Los transformó en hombres llenos de lo sobrenatural de Dios capaces de orar por lo necesitados y cambiarles el destino eterno.

Estamos transitando estos 40 días de ayuno, oración y renovación personal.

Los sobrenatural de Dios ya está en nosotros.  El Espíritu Santo vino el día que creímos en Jesús.  Es tiempo que se manifieste.  Es tiempo que con osadía y denuedo prediquemos las buenas nuevas a todas las personas posibles.  Es tiempo que vivamos en lo sobrenatural de Dios y superemos nuestra timidez para ser agentes de salvación y bendición.

Lo sobrenatural de Dios vive en nosotros.  Solo es cuestión de dejarlo salir.  Debemos animarnos y orar por los enfermos.  Animarnos y decirle al necesitado que solo Jesús puede ayudarlo.  Animémonos a proclamar ese amor sobrenatural que nos transformó.  Proclamemos que el cambio de destino eterno está en reconocerse pecador, arrepentirse de todos esos pecados y aceptar que Jesucristo murió en la cruz para darnos Su victoria.

¡¡Que la manifestación sobrenatural del Espíritu sea nuestro estilo de vida!!  

Oremos por los enfermos, oremos por los necesitados, ¡prediquemos el Evangelio y Él hará!

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